EL CUERPO DE LAS MUJERES ESTA BIEN FORMADO PARA ABRIR PASO AL FETO QUE ÉL MISMO CREÓ Y LLEVÓ EN SU INTERIOR.

Therese Bertherat



Entrevista Revista Unica . Casilda Rodrigañez Bustos


Crees ¿que lo que hoy en día se espera de la mujer tiene en cuenta las necesidades de las criaturas y las suyas?
No, claro que no; la sociedad ha relegado la maternidad a un asunto doméstico y privado, y por eso en la vida profesional de la mujer, la maternidad estorba. Esto es de lo más incongruente ¡la maternidad un estorbo! ¿Y de donde salimos? Lo lógico sería que la inserción de la mujer en las relaciones sociales incluyera la maternidad. La incompatibilidad entre profesión y maternidad es un atropello a nuestra integridad.¿Piensas que el feminismo de la igualdad ha sido un paso necesario /inevitable pero intermedio? 
Necesario o inevitable, no lo sé; en cualquier caso importante. Gracias a él hemos recuperado una cuota de dignidad imprescindible; ahora las mujeres, aunque de cara a fuera tengamos que someternos a una serie de normas sociales, interiormente nos sentimos seres libres, de pleno derecho. Por eso hemos podido vivir la experiencia de la maternidad al margen del rol de esposa tradicional, del deber y del sometimiento; y hemos podido descubrir el deseo materno en nuestras entrañas y seguir su impulso.¿Y lo que se espera de un hombre? ¿Cual sería la dirección deseable? 
La función del hombre con respecto a la maternidad es la de protegerla, garantizar que a ninguna criatura le falte la madre imprescindible que le corresponde. Hoy el hombre también se encuentra en una situación contradictoria; tiene que seguir siendo un ‘guerrero’ en la lucha competitiva profesional y pública, pero al mismo tiempo el modelo viril tradicional se está resquebrajando, y por debajo de la armadura emerge el cuerpo masculino que también desea hacerse regazo.¿Dirección deseable? Todo, por poco que sea, lo que nos acerque a la recuperación de la sexualidad y de la maternidad entrañable, al consiguiente cambio en los modelos de hombre y de mujer, y a la vuelta a las comadres, las redes de apoyo entre mujeres.¿Y las ‘asignaturas pendientes’?
Tenemos pendiente recuperar una parte muy importante de nuestra sexualidad que nos quitaron hace 4-5 mil años. Hay testimonios arqueológicos e históricos de mujeres con una sexualidad autoerótica (danzas del vientre) y maternal (parir y amamantar con placer) hoy casi inexistente. La sexóloga francesa Maryse Choisy explica esta sexualidad asegurando que el útero es el centro del esqueleto erógeno de la mujer, que tiembla y late con la excitación sexual irradiando las olas del más intenso placer femenino, tal y como lo representaron las mujeres antiguas en cántaros y vasijas. El despliegue de esta sexualidad nos llevaría a parir distendiendo los músculos del útero con latidos de placer en vez de con dolorosos calambres, y en general a recuperar la verdadera maternidad guiada por el deseo físico corporal: una fuente inagotable de amor entrañable y complaciente. Sí, hay mucho que está todavía pendiente: nada menos que vencer la maldición de parir con dolor, empezar a gestar, parir y amamantar con verdadero gozo y placer; y a nacer y a criarnos con los deseos saciados. En el plano social tenemos pendiente devolver a la madre el lugar que debe ocupar en la sociedad, lo cual pondría punto final a esta civilización de guerra y fratricidio.

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